jueves, 6 de diciembre de 2012

Piedras en el desierto. Piedra en Navalagamella. Rocas en acuarela. Rocks in watercolour. 196.179


Cuarta clase. Segundo Curso.       Pintando rocas.
                                   
     En la clase de ayer vimos la necesidad de dedicar algunas sesiones al estudio de las rocas.  Por ello, comenzaremos haciendo algunos tipos de piedras, usando distintas técnicas y terminaremos con un paisaje en donde las rocas sean las protagonistas.
     No vamos a insistir mucho en el tema, ya que tiempo tenemos de hacer acantilados, cuando planteemos alguna marina; y de hacer picos montañosos cuando el paisaje sea de alta montaña. Debemos recordar que nuestro taller es simplemente para los que deseen comenzar a trabajar la acuarela, un taller para principiantes. Se trata por tanto de dar unos consejos para que las piedras de nuestros paisajes no sean una pesadilla. 


        1. Una forma sencilla de hacer una roca


           1. Dibujamos y pintamos luz y sombra.


          Comenzamos con lo más sencillo. Hacemos un dibujo. señalando la zona de sombra. Quizá sea ésto lo que no debemos olvidar nunca, la zona sombreada. Trabajaremos en húmedo. Manchamos con una aguada en el color de base, que puede ser cualquiera. En este caso lo he hecho con azul ultramar y algo de violeta para la zona de sombra.




Imagen 1. Hilario de las Moras.

           2. Aumentamos el contraste.


       Sobre la misma superficie húmeda añadimos tonos más oscuros.  He mezclado gris payne con azul ultramar. Dejamos que se seque. Si en el proceso de secado vemos que va a quedar muy tenue, añadiremos más pigmento en donde nos parezca conveniente.



Imagen 2. Hilario de las Moras.

       3. Añadimos huecos, rayas...


       Una vez seco, usando un pincel fino, añadiremos algunos de los rasgos más significativos de la piedra, como pueden ser huecos, rayas...

    


Imagen 3. Hilario de las Moras.
     
      
         2. Otra técnica: salpicar con pintura 



       En este segundo ejemplo, vamos a terminar salpicando gotitas de pintura sobre la superficie de la roca, que le da una apariencia muy realista. 
        Iniciamos como en el ejemplo anterior, con un dibujo sencillo y entonando en húmedo sobre húmedo.  


Foto: Hilario de las Moras Ruiz.


Imagen 5. Hilario de las Moras.
     
       El tratamiento de la roca lo haremos respetando la zona de luz y de sombra. Primero un tono general con azul ultramar, siena tostado y algo de gris payne. En la zona de sombra, todo mientras está húmedo el papel, intensificando los mismos colores. 
       Si nos damos cuenta, el estado actual de las piedras es ya bastante realista. No haría falta más, pero vamos a seguir un poco más. 


Imagen 6. Hilario de las Moras.


       Ahora, con un pincel fino, le añadiremos algunas características propias. Para que sobresalga del fondo, le pintaré unos árboles a su izquierda.



Imagen 7. Hilario de las Moras.


      Para aplicar el estarcido, el salpicado usaré un pincel con cerdas rígidas o un cepillo de dientes. Para que la acuarela no reciba las gotitas de pintura cubriré el resto con un papel. 



Imagen 8. Hilario de las Moras


    El resultado es curioso. No conviene abusar de éstas técnicas. A mí personalmente me agrada más el paso anterior, es más sencillo. Pero tenía que explicar también esta posibilidad. 



Imagen 9. Hilario de las Moras.

       Ésta es la acuarela terminada. 


Piedra en Navalagamella. 179. Acuarela. 27 x 37 cm. Hilario de las Moras.

3. Otra técnica: estarcirdo o salpicado con sal.



    Es un método interesante también para conseguir texturas. Se trata de salpicar con granos de sal gruesa una superficie húmeda. La sal chupa parte del color quedando una textura parecida al copo de nieve o a la superficie de ciertas rocas. 
       Para ejemplarizar esta técnica vamos a pintar estas piedras en el desierto.


Imagen 10. Hilario de las Moras.

    Como no se trata sino de ver la composición de las rocas, me salto los pasos previos. Ya sabemos hacer un dibujo y pintamos el cielo y el paisaje del fondo. 

      Ahora, lo que nos interesa: Humedecemos con agua limpia lo que van a ser las rocas y aplicamos acuarela, húmedo sobre húmedo, para dar una base que simule el aspecto de las piedras. No olvidemos que deben quedar claras las zonas de luz y de sombra. 
     


Imagen 11. Hilario de las Moras.

       Esta primera pasada con acuarela la vamos a dejar secar. Sobre la segunda capa vamos a esparcir la sal... y no quiero que al chapar la pintura me queden las manchas en blanco papel. Aplicamos los colores a la piedra. En este caso para la zona más luminosa siena natural, para la más coloreada, siena tostada, roja alizarina o rojo cadmio, según las zonas, incluso algún toque con tierra de sombra natural.




Imagen 12. Hilario de las Moras.

   Es el momento, estando la zona húmeda, de esparcir los granos de sal. Poco a poco van absorbiendo parte de esa acuarela húmeda, dejando a la vista, cuando se retire la sal, pequeños retazos de la capa que dejamos secar. 



Imagen 13. Hilario de las Moras.

   Cuando retiramos la sal nos queda un aspecto granuloso, según sean de grandes los cristales salinos. 


 

Imagen 14. Hilario de las Moras.
      
      Es el momento de matizar con un pincel fino los detalles que nos interesen, cuidando de no borrar los efectos de la sal. Así nos quedaría. 
     
Piedras en el desierto. 196. Acuarela. 27 x 37 cm. Hilario de las Moras



No hay comentarios:

Publicar un comentario