TALLER de ACUARELA de HILARIO: Manzanas. Cafetera con pan y queso. Bodegones en acuarela. Still life in watercolour. 257. 260

Décima clase. Tercer curso.

Bodegón con queso.

Iniciamos nueva acuarela. Hoy nos toca un bodegón. Hemos reunido varios objetos de nuestro entorno diario. algunos alimentos y utensilios de cocina. Los colocamos y ponemos un foco para producir las sombras.

Bodegón con queso. Foto: Hilario de las Moras.

Como algunos de nosotros aún tenemos cierta dificultad para trabajar del natural, vamos a ejercitarnos un poco, pintando unas manzanas. Cuando tengamos más práctica, haremos el bodegón del queso.

He aquí el primer ejercicio.

A. EJERCICIO PREPARATORIO.

Tres manzanas.

Tres manzanas. Foto: Hilario de las Moras

1. Dibujamos las manzanas y les damos una primera capa de color.

Dibujarlas es fácil. Mejor es hacerlo con un lápiz que no sea muy blando, pues dejan mucha huella. Un HB es una buena opción.

Hacemos el color de base de la manzana verde. Puede ser un verde vejiga con algo de amarillo limón. Al decir color base quiero decir el color que tiene la fruta quitándole esas manchas más verdosas y que están sobre todo en la zona sombreada. Sin humedecer el papel, es decir, húmedo sobre seco, lo extendemos con un pincel más bien gordo 20, 22 ó 24. Al tiempo le añañdo, antes de que seque algún tono más oscuro en la zona de sombra para que se junten.

Imagen 2a. Hilario de las Moras.

Lo mismo haremos con las otras dos manzanas. En la roja he metido de base un naranja. Sobre él he añadido a medio secar rojo de cadmio. He dejado en ambas frutas un espacio sin pintar que corresponde a la zona del reflejo de la luz. Es verdad que en la foto el reflejo de la manzana roja tiene otra forma, pero yo he decidido hacerlo así.

2. Le damos una nueva capa de color.

Sobre esta paca inicial, vamos a trabajar más cada fruta. Tenemos que tener en cuenta que una mancha roja, por ejemplo, se puede confundir con un tomate. Por tanto debemos dibujar aquellos elementos que identifiquen a la manzana y que nos la diferncien de otros frutos o verduras parecidas. Con frecuencia ese elemento identificativo es el rabito. En esta imagen tercer la manzana verde ya parece una manzana, la roja aún no.

Imagen 3a. Hilario de las Moras

3. Terminamos las manzanas.

Lo mismo que hicimos con la verde, hacemos ahora con las otras dos. Damos algunos retoques para que parezca una manzana. Hasta que no le pongamos el rabillo (pedúnculo) notendrá la apariencia adecuada.

He aclarado con el pincel humedecido en agua limpia y secado antes de pasar por la zona que deseo limpiar de pintura. Una vez seca la zona, con rojo cadmio y alizarina he sombreado la zona de penumbra. Y una vez seca la manzana he hecho el rabillo.

Imagen 4a. Hilario de las Moras

4. Si deseamos, hacemos las sombras arrojadas.

Hasta aquí el trabajo previo de hacer unas frutas, antes de meternos en la acuarela principal, la del queso. Pero si nos apetece, podemos hacerle las sombras e incluso, poner algo de fondo. Nos ponemos a ello. Para el fondo hará que buscar un color suave y que no quite importancia a las frutas.

Con cuidado, pincel limpio y agua clara, manchamos todo el fondo, sin tocar las frutas. Una vez húmedo, añadiremos el color del fondo. Yo meteré un naranja, pero en la zona de luz, esta vez la izquierda, un poco de amarillo limón. En la parte baja, siena natural y siena tostado.

Las sombras arrojadas con sombra natural y sombra tostada.

Y damos por terminado este ejercicio preparatorio.

Manzanas. 257. Hilario de las Moras. Acuarela. 14 x 23

B. BODEGÓN CON QUESO

He cambiado la foto que tenía del bodegón con queso, por una nueva. En realidad lo que he cambiado ha sido el tipo de pan. Ahora tenemos una hogaza de las de siempre. Con su miga con ojos.

1. Dibujamos.

Ya sabemos la importancia que tiene un buen dibujo a la hora de realizar un bodegón. Conviene tener cuidado con las proporciones de sus elementos

Imagen 1b. Hilario de las Moras.

2. Pintamos un poco de fondo y vamos iniciando la jarra.

Esta vez vamos a hacer primero el fondo. Se podría hacer al final, o al mismo tiempo que las figuras. Tenemos que elegir un color. Como casi todas las figuras son entre el naranja y los sienas, podríamos suponer que hay una pared y en ella daremos unos tonos suaves de cualquiera de esos colores; también podríamos poner el azul, que es complementario del naranja, pero si lo hacemos no debemos cargar las tintas, de forma que los elementos sean lo principal de la acuarela.

Imagen 2b. Hilario de las Moras.

Para el fondo, un dedio naranja medio siena natural... y a la izquierda amarillo winsor. Abajo más de lo mismo, un poco de naranja con siena tostado y algo de alizarina. A la izquierda alizarina diluído.
Una vez seco el fondo, comienzo con la cafetera. Como es metálica, hay que ser muy cuidadoso con los colores y los reflejos. Los reflejos son los que nos van a dar la personalidad de metal, y el color nos dará pistas sobre qué metal estamos pintando.
Vamos con el color. la jarra parece de cobre. Utilizaremos como base el color que aparece en las zonas más iluminadas, un naranja al que añadiremos rojos y sienas. Para las zonas de sombra, mezclaremos el color inicial, cantidades variables de siena tostado y sombra natural y tostado. He dejado zonas sin color. Allí estarán los reflejos más luminosos.
Los reflejos, en este caso son líneas verticales y siguiendo las curvaturas del objeto. Hay que intentar ser fiel a lo que vemos. Éste es quizás el secreto del éxito.

3. Damos una primera imprimación al conjunto de los objetos.

Uno de los problemas con el que nos podemos encontrar al pintar un bodegón es que nos dejemos deslumbrar por el blanco del papel. A veces es mejor ir haciendo poco a poco todo el conjunto y tiempo hay para poner sombras y dejar terminados los distintos elementos.

Imagen 3b. Hilario de las Moras.

Hago un recorrido por los elementos:
Para el queso, amarillo limón diluído con siena natural. Para la corteza del pan, siena natural tostado, con algo de sombra natural. Para la miga del pan, siena natural y amarillo, pero muy diluído. Para la tabla de cortar, siena natural y tostado. Para la cebolla, siena natural con algo de rojo cadmio y alizarina, depende de dónde.

4. Seguimos trabajando el metal.

Nos fijamos en sus sombras. Vemos que se mezclan sienas tostados y sombras natural y tostado. Añadiremos también algo de azul ultramar para conseguir más intensidad. Al tiempo vamos pintando el queso, la corteza del pan...

Imagen 4b. Hilario de las Moras.

Para la corteza del pan, aunque os parezca reiterativo, he pintado con lo de siempre, siena natural, siena tostado para las partes más oscuras y algo de ocre amarillo para los amarillo que se ven en las partes menos tostadas. Lo que parece harina es simplemente el papel de acuarela sin pintar.

5. Trabajamos, retocamos...

Esta vez no he tocado el metal, prefiero ir adelantando los demás elementos. El pan casi lo doy por terminado.

Imagen 5b. Hilario de las Moras.

Debemos mejorar aún la cebolla, los ajos y la cafetera. Aunque parece que el avance no es significativo, pongo algunas fotos para que el no iniciado tenga algún paso intermedio.

Imagen 6b. Hilario de las Moras.

He realizado algunos cambios en la cebolla, en la cara sombreada del queso y en la madera. Resta aún hacer las sombras y retocar la miga del pan. Para oscurecer el corte del queso he dado una veladura con siena natural y ocre amarillo. Para la cebolla he retirado algo de acuarela antes, y después he pintado con sombra tostada y algo de alizarina. Para la zona de más sombra he añadido algo de azul ultramar.

6. Hacemos las sombras y firmamos.

Para las sombras he juntado azul ultramar y carmín de alizarina con mucha agua.
Y lo doy por terminado. Firmo.

Cafetera con pan y queso. 260. Hilario de las Moras. Acuarela. 52 x 38

TRABAJOS RECIBIDOS

Como ya es habitual en nuestro blog, se exponen los trabajos recibidos de los participantes que nos siguen en las clases presenciales o los que lo hacen por internet.