viernes, 23 de mayo de 2014

Calle en Capileira. Pintando calles. Painting street in watercolor. 282


           Decimosexta clase. Tercer curso.            Calle en Capileira


          No es la primera vez que pintamos alguna estampa de las calles de este pueblecito de la Alpujarra Granadina, Capileira. 
            Hoy nos fijamos en esta calle de casas encaladas, blancas, cocinadas por el sol y salpicadas de motitas de colores que salen de sus macetas. 
       Buen ejercicio para los que deseamos mejorar nuestras acuarelas urbanas. Hay un quehacer de perspectiva... buscar el punto de fuga, ordenar las líneas que en la pared son paralelas pero que cuando las miramos desde un punto cualquiera de la calle parece que se fugan hacia un punto perdido del horizonte.

Calle en Capileira. .282.  Hilario de las Moras. Acuarela. 52 x 38 


              1. Nos detenemos en estudiar la perspectiva

            Si nuestra calle estuviera sobre una tabla bien asentada y horizontal, plantada en una gran mesa, la línea del horizonte la veríamos detrás de las casa del fondo, a una altura del suelo tan alta como la distancia del suelo a nuestros ojos. En nuestra calle, como no es un plano horizontal a esa mesa, sino que se desliza hacia abajo... nuestros ojos en el horizonte correspondería más o menos con una línea horizontal muy cercano a la parte baja de la ventana de la casa de enfrente. Ya sé que estos conceptos teóricos no son fáciles de explicar, pero lo intentaré. 

          Si deseamos ver dónde está el punto de fuga, a partir de la foto de una calle, basta ir haciendo líneas desde los aleros de las casas y desde la fila de balcones o ventanas. Veremos que se unen todas esas líneas en un punto. Ese es el "punto de fuga", que es un punto de la llamada "línea del horizonte". Aquí vemos las líneas de fuga de la pared derecha de esta calle. 


Imagen 2. Punto de fuga sobre línea de horizonte. Hilario de las Moras. 

          Vamos a hacer lo mismo con las líneas de la pared izquierda. También encontramos un punto de fuga, que pertenece a la línea del horizonte.



Imagen 3. Punto de fuga sobre línea del horizonte. Hilario de las Moras. 

         Si unimos las dos fotos en una veremos que hay dos puntos de fuga distintos. Habría uno solamente si las dos paredes laterales fueran planos paralelos, pero no es así casi nunca, pues las calles se van ensanchando o estrechando.



Imagen 4. Dos puntos de fuga sobre línea del horizonte. Hilario de las Moras. 

           Mi intención ha sido buena, he intentado aclarar un poco este asunto. No sé si he logrado explicarme. 
           Aplicamos ahora ésto al dibujo de la calle de Capileira. Hay que tener en cuenta que esta calle también tenía dos puntos de fuga, uno por cada pared, pero para facilitar el trabajo, hemos dejado solamente uno. 



Imagen 5. Punto de fuga. Hilario de las Moras. 
             
           2Manchamos el cielo y el paisaje del fondo.


          Como en otras ocasiones, terminado el dibujo, nos ponemos a la tarea. Vamos a trabajar el cielo. Es fácil. Lo voy a hacer trabajando húmedo sobre húmedo. Esta vez no le daré importancia, pues es una parte pequeña de la acuarela. Mancho de azul. Cuando aún no ha secado continúo con la montaña con mezcla de verde vejiga con siena natural y siena tostado, dejando que los colores se mezclen y con la posición del papel algo vertical para que la humedad del monte no se suba a los cielos. Procuro que las chimeneas no se manchen de color para que contrasten con el fondo. 



Imagen 6. Hilario de las Moras. 
             
              
          3. Escogemos el color  de  las paredes blancas.


         Quizá os parezca curioso lo que digo, pero es importante. Si nos fijamos en acuarelas u óleos referidos a la casa rural blanca, tan abundante en el entorno del Mediterráneo, ya sea Grecia, Italia, Andalucía, países del norte de África... veremos distintas formas de tratar esos blancos. Normalmente la zona de luz, sobre todo en acuarela, se deja sin pintar, es decir, respetamos el blanco del papel. Pero para la parte sombreada de las casas blancas se utilizan colores más o menos fríos partiendo del azul (y aquí puedes usar cualquiera de ellos... pero de su elección depende el resultado final) o añadiendo algún color más caliente, como un siena... hasta el alizarina, que nos dará unos violetas. 



Imagen 7. Hilario de las Moras. 

            Para la fachada que queda a la sombra he mezclado el azul ultramar con algo de siena, tanto natural como tostado, según el lugar.
         
            4Fachadas que dan al sol, pero en parte están sombreadas.


           Esta fachada de la derecha la he trabajado con azul ultramar también, aunque no me agrada del todo, pero ya tiene poco remedio. Creo que el problema es el contraste con los verdes de la montaña de enfrente. He pintado la zona de sombra con el azul y respetado las zonas de luz. 


Imagen 8. Hilario de las Moras.

             5. Continuamos con los huecos de ventanas y puertas.
           Aumentamos el contraste, pintando los huecos de ventanas, sombras, zácalos... Creo que no sigo una lógica previamente establecida, sino que me dejo llevar por lo que se me ocurre. 
           He rectificado el alero de la casa de la derecha. 



Imagen 9. Hilario de las Moras.

           6El suelo y las sombras arrojadas de las casas. 

         Para el suelo, un gris formado como otras veces con azul ultramar y siena tostada. En la zona de sombra hay más azul que siena, incluso he añadido algo de carmín de alizarina. Las líneas del suelo son las que nos dicen cómo es. En este caso hay una bajada, sin aceras laterales, por donde discurren las aguas de lluvia. 


Imagen 10. Hilario de las Moras.
  
          7. Vamos terminando, acentuando algunos detalles.

         En el suelo, primer término, añado algunos detalles. Termino las macetas y las rejas de ventanas y balcones. 
             Creo que no debo tocarlo más. Firmo. 

Calle en Capileira. 282. Hilario de las Moras. Acuarela. 52 x 38 

        No quedo muy contento con el resultado final... pero así es el trabajo, unas veces te quedas más satisfecho y otras menos. Como os decía antes, me ha fallado algo la elección de colores. Otra vez será. 




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