TALLER de ACUARELA de HILARIO: Faenando. Marina en atardecer. 366.

Séptima clase. Quinto curso
Faenando.
Nivel iniciación.

Faenando. 366. Acuarela 52 x 38. Hilario de las Moras.

Partiendo de una foto sacada del internet, vamos a realizar una marina, con barca y marinero. Lo más señalado en esta acuarela van a ser las luces del atardecer, un bonito marco en el que situar la escena.
La foto está un poco oscura. Como fotografía queda muy bonita y contrastada, pero nosotros tendremos de aclarar la escena.

1. Dibujamos.

Dibujo la línea del horizonte, la barca y el barquero.

Imagen 1. Hilario de las Moras.

2. Añadimos colores al cielo del atardecer.

Como el amarillo y el azul se juntan y forman el verde... y no quiero verde en el cielo, voy a pintar primero con amarillo y algo de naranja la zona del cielo y una vez seca, pasaré a meter los azules. En el cielo muchas veces introducimos un siena, que también nos da buen resultado. Seco ya, introducimos el azul, en este caso, azul cerúleo. La hoja la he invertido, para que al dar el azul no baje el agua y se meta en los amarillos. Una vez que va secando pongo el papel en su posición inicial.
He dado también unas pinceladas cálidas en el mar, en donde se reflejan los colores del cielo.

Imagen 2. Hilario de las Moras.

3. Me dedico a la barca y al pescador.

Como no se ven muy bien los colores de la barca, he decidido ponerle rojo y azul. Carmín de alizarina y sobre él, según va secando, rojo de cadmio. Para el borde superior azul cerúleo y sobre él, según seca azul ultramar. En el mástil gris tirando a azul (azul ultramar con siena tostado).

Imagen 3. Hilario de las Moras.

El peto del pescasor lo he coloreado con siena tostado y naranjas. Para la piel, por ahora, con alizarina disuelto y algo de siena tostado para las zonas más oscuras.

4. Metemos los azules del mar.

Unas pincelas sueltas con un pincel redondo grueso, con suficiente agua y pintura para asemejar los movimientos del agua. Azul cerúleo y un poco de azul cobalto.
Añado más fuerza a los azules de los reflejos tanto de la barca como del pescador.

Imagen 4. Hilario de las Moras.

5. Damos los últimos retoques.

Siempre, al terminar una acuarela, conviene dejarla reposar en sitio visible para que nos ayude a darnos cuenta de los últimos arreglos. Con frecuencia se trata de simples pinceladas sueltas que resaltan el conjunto. Otras veces nos damos cuenta de serios problemas en cuanto al colorido, a la perspectiva... es por tanto el momento de decidir si la terminamos o nos deshacemos de ella.
La doy por terminada y la firmo.