martes, 17 de mayo de 2016

Se van los nubarrones. Repitiendo la misma acuarela. 131 y 387.

          Vamos a repetir la misma acuarela. No es raro, sino muy normal que cuando se hace una acuarela nos apetece hacerla otra vez, pero de otra forma, con otros colores, desde otro punto de vista. 
           Es lo que vamos a hacer. Naturalmente, el repetir un mismo cuadro no quiere decir que el segundo te va a gustar más que el primero. Puede ser, pero no siempre es así. Son dos experiencias distintas. 

          1. A todo color.   

          El paisaje no puede ser más sencillo. Un montículo no muy lejano, a media distancia. Entre él y nosotros unos campos sembrados. Arriba un cielo se va despejando. 
          Para el cielo he dado primero una pasada con siena natural. Una vez seco, he trabajado las nubes con azul cerúleo, cobalto y ultramar. Esta vez en húmedo sobre húmedo. 
          el montículo con verdes y siena tostado, para darle ese color casi pardo. Trabajado también en húmedo sobre húmedo, para conseguir que los colores se mezclen unos con otros. 
          Abajo unas pasadas con verde y otras con siena tostado

Se van los nubarrones. 131. Acuarela. 27 x 37. Hilario de las Moras

          2. Con violeta de perileno y verde vejiga.   

          Inicio con el cielo. En "húmedo sobre seco", es decir no mojo antes el papel. Doy unas pasadas con el violeta de parileno, con bastante agua. 
          Antes de que seque trabajo el monte más alejado a la derecha. 
          Siempre con el mismo violeta voy pintando todo el paisaje. Abajo he cambiado el campo por las inmediaciones de un pequeño lago. 
          Con verde de perileno he añadido unos toques a la zona del montículo. 


Imagen 2. Hilario de las Moras. 
          Aunque al dar este verde me quedó bastante contrastado, al secarse perdió casi todo el contraste y me decidí a incluir el verde vejiga con siena tostado. 
          El resultado es distinto. 


Se van los nubarrones. dos. 387. Acuarela. 27 x 37. Hilario de las Moras. 
           Como puede verse, son dos versiones no solamente distintas en los colores sino que puede que ni se parezcan. Claro. El que pinta tiene el mando de lo que desea reflejar y la imaginación es muy poderosa, difícilmente se la puede vencer. 



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